jueves, 21 de mayo de 2015

Conducta militar: José Mendoza López (México/USA)

Super Soldados: José Mendoza López



José Mendoza López
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José Mendoza López nació un 10 de julio del 1910 en México y fue criado por su madre en Veracruz. Su padre habría muerto en el mar mientras José todavía estaba en el vientre, y para su noveno cumpleaños su madre ya había fallecido por la tuberculosis, dejándolo huérfano y solo. Sus familiares no pudieron hacerse cargo de él, así que tomó su propio camino para tratar de encontrar una vida mejor en los Estados Unidos. Cruzo la frontera y se estableció en la ciudad de Mission, Texas, donde una familia fue lo suficientemente amable como para darle un poco de comida y dejarlo dormir en el cobertizo de las herramientas hasta que se pudiera sostener a sí mismo.

Nada en la vida fue fácil para José. No tenía posesiones mundanas y trabajaba en empleos de subsistencia para tratar de mantener la cabeza fuera del agua y poner los alimentos en su mesa. Más tarde se embarcó en un caminó por este país en busca de oportunidades y de aventura. Cuando tenía 17 años, se encontró con un poco de ambos. Estaba asentando en Atlanta pensando en sus cosas cuando de repente una matón gigantesco empezó a intimidarlo. A pesar de tener solamente 1.65 m de estatura y de pesar 58 kg, José López no era la clase de tipo duro que se iba a dejar joder por nadie, sin importar lo grande que este fuera. José se puso cara a cara con el cromagnon, asintiendo con la cabeza y apretando los puños. El tipo tentó a su suerte y lo siguiente que supo fue que estaba recibiendo una paliza por parte de López.


El destino quiso que uno de los que estaban allí viendo la paliza, fuera un promotor de boxeo. Después de que José terminó de golpear al imbécil que lo molestaba, el promotor se acercó a él y lo reclutó para el mundo del boxeo profesional. El recién bautizado como “Kid Mendoza” sostuvo un récord de 52-3 en su carrera en el boxeo – números respetables, y la prueba de que no era alguien con quien meterse.

Finalmente Kid Mendoza decidió que no estaba realmente interesado en que le pagaran por vencer contrincantes sobre un ring de boxeo, así que lo dejó y se alistó con los U.S. Merchant Marines en 1936. Tuvo varias desgracias marítimas, incluyendo una ocasión en que estuvo varado en el mar durante varias semanas en un barco de carga con sólo plátanos para comer.

Después de varias pruebas duras en alta mar, López decidió que era más seguro en tierra firme. Se alistó en el ejército tras el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, fue entrenado para ser un artillero del escuadrón ametrallador y luego enviado hacia Europa para ayudar a los aliados a patear el trasero de Hitler. El 7 de junio de 1944 desembarcó en las playas de Normandía y rápidamente tenía una bala alemana rebotando en su cinturón de munición. Le importó un carajo aquel hecho. Luchó con valentía durante toda la campaña de Normandía, pero se hizo leyenda en el bosque de las Ardenas en diciembre de 1944 durante la Batalla de las Ardenas.

El 17 de diciembre López estaba estacionado fuera de la ciudad belga de Krinkelt como parte de la compañía K de la 23 División de Infantería de EE.UU. Había sido asignado para proteger el flanco derecho del pelotón ante un posible ataque alemán, y se había establecido con su ametralladora Browning M1919 calibre .30 en una trinchera fortificada. Pero el ataque no llegaría por la derecha de la Compañía.


Ametralladora Browning M1919 calibre .30

La batalla comenzó en el lado izquierdo de la línea de batalla, por lo que López empacó su ametralladora de más de 13 kg y corrió para ayudar a evitar que su unidad fuera flanqueada por los alemanes. Saltó en un agujero poco profundo que básicamente lo exponía desde la cintura hasta la cabeza al fuego enemigo, montó su arma y comenzó a rociar balas a los soldados nazis que avanzaban. Derribó a varios de ellos, cuando de pronto vio a un maldito tanque Tiger I rodando por el bosque justo hacia él con varios escuadrones de infantería que lo apoyaban. López sabía que no tenía poder de fuego para hacer frente al tanque, así que a pesar de su casi total falta de cobertura siguió concentrando su fuego sobre la infantería que avanzaba, cortándolos en masa como un maldito loco sediento de sangre humana, mientras que el cobarde resto de la compañía de López regresaba a la ciudad fortificada hacia sus posiciones defensivas. Un grupo de alemanes intentó flanquear el nido de ametralladora de López, pero este fue capaz de cambiar la posición de su arma y reducirlos a todos.

El fuego enemigo continuó llegando a José, esta vez procedente de un grupo de soldados que intentaban flanquearlo por la derecha. Para complicar aún más las cosas, el Tiger había puesto su atención en él, y ahora los alemanes estaban concentrado la artillería abajo de su posición. A pesar de ser impactado por un proyectil de artillería, José López logró recoger su arma e ir a otra posición defensiva en la que volvió a abrir fuego contra los alemanes que seguían avanzando, ganando tiempo valioso para que los inútiles hombres de la Compañía K se retiraran. Tanques y soldados continuaron disparando sobre él, y en un momento el arma principal de un Tiger lanzó un proyectil tan cerca que lo derribó y le provocó una conmoción cerebral. Esto no era suficiente para que Jose ‘Rompe Madres‘ Lopez se quedara atrás, inmediatamente restableció su arma y siguió disparando contra el ataque alemán. Una vez que todos sus hombres estaban en la seguridad de la ciudad, y ya que había agotado todas sus municiones, López volvió a la ciudad para reabastecerse.

Los alemanes sabían lo que estaba pasando. Omitieron la ciudad y continuaron su avance hacia Amberes, convencidos de que no querían nada de lo que López pudiera ofrecerles. Había salvado sin ayuda de nadie a su compañía de ser invadida por números intensamente superiores. Su cuenta en la matanza final durante la batalla se estimó en poco más de un centenar de soldados enemigos.

Medalla de Honor

Por sus acciones en el bosque de las Ardenas, López fue ascendido a sargento galardonado con la Medalla de Honor del Congreso por lo que el ejército justifico como “someterse a misiones aparentemente suicidas”. Luchó hasta el final de la guerra, y sirvió en Corea antes de retirarse en 1973. Siguió un régimen de trotar todos los días, y veía a un entrenador personal tres veces a la semana hasta que cumplió 88 años de edad, porque sabía que lo necesitaba para mantener su temple. Tuvo cinco hijos y estuvo casado durante 64 años antes de morir de cáncer el 18 de mayo de 2005 a la edad de 94 años.

José López fue un verdadero badass. El hombre venia de orígenes muy humildes, trabajó por todo lo que tenía, y demostró ser un héroe cuando llegó la hora de salvar a sus amigos. Él luchó con fiereza, ganó el máximo galardón de los Estados Unidos por su valentía, y sólo fue derrotado en combate físico mano a mano tres veces en toda su vida. Si duda un Super Soldado.

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