domingo, 23 de abril de 2017

Malvinas: Escenas de combate aéreo

Victorias aire-aire argentinas 
Zampini Diego

Este artículo contiene principalmente la versión argentina de la Guerra de Malvinas. La versión británica será mencionada como referencia cuando corresponda. De todos modos considero a las afirmaciones de los pilotos argentinos como la verdad. Este artíclo está dedicado a todo el personal de la Fuerza Aérea Argentina que combatió y murió durante la Guerra de Malvinas de 1982 — Diego Zampini 

Es bien conocido el excelente desempeño de los Sea Harrier durante el conflicto en el rol de cazas, derribando 21 aviones argentinos, pero lo que no es tan conocido es que la Fuerza Aérea Argentina derribó tres aeronaves británicas — un Sea Harrier y dos helicópteros. Lo que sigue es la narración de esas victorias. 

 

Dagger contra Sea Harrier 
A las 14:00 hs del 21 de mayo de 1982 despegó desde la base aérea de San Julián en la Patagonia argentina una escuadrilla de tres aviones Dagger (copia israelí del Mirage 5 francés, fabricada con el nombre de Nesher, y vendida a argentina con el nombre de Dagger) del Grupo 6 de Caza, armados con bombas para atacar objetivos navales y sin misiles aire-aire. Su indicativo radial era «Ratón» y la integraban el Capitán Guillermo Donadille (quién volaba el Dagger matrícula C-403), el Mayor Carlos Justo Piuma (C-404) y el Primer Teniente Jorge D. Senn (C-407). Una hora después del despegue pasaron sobre la Gran Malvina para atacar los buques británicos en el estrecho de San Carlos. 

 

Desgraciadamente, los británicos habían detectado los corredores de ingreso que utilizaban los Dagger, que no podían, como si lo hacían los A-4 Skyhawk debido a su capacidad de repostar en vuelo, realizar grandes rodeos dado que su consumo de combustibles les impediría luego regresar a sus bases. Fue así que los Sea Harrier estaban al acecho, esperando a sus presas. 

Capitán Guillermo Donadille: «Cuando estábamos a un minuto del objetivo, que eran los buques ingleses en San Carlos, mi número 3, Senn, ubicado a la izquierda, me pega un grito por la radio: ‘¡Atento, un avión a la derecha!’ Me fijo y efectivamente veo un avión un poco más lejos y volando casi en nuestro rumbo. 

Ahora resulta que lo curioso de la situación -pero esto recién lo supe más tarde- es que Senn me estaba indicando otro avión que se acercaba un poco de frente y el que yo veo era un segundo aparato que estaba más lateral.» 

Donadille admite que en un primer momento pensó que se trataba de un Skyhawk argentino, ya que había poca luz y además lloviznaba. Pero cuando el piloto del Sea Harrier vió a Senn y comenzó a virar para atacarlo ya no hubo dudas, era un enemigo. 

Capitán Guillermo Donadille: «Entonces ordeno a la escuadrilla largar todas las bombas y los tanques suplementarios, porque con toda esa parafernalia no se puede virar en forma suficientemente rápida para intentar alguna maniobra defensiva contra los ágiles aviones ingleses, de manera que ordeno eyectar las cargas y enfrentar a los Harrier.» 

Senn maniobnró para enfrentar al que iba hacia él pero no vió al otro Sea Harrier, a la derecha del jefe de la CAP, que estaba posicionado para disparar un misil («soldar el caño» en la jerga de los pilotos argentinos). 

Capitán Guillermo Donadille: «Aunque el Harrier se encontraba fuera de la distancia de tiro de los cañones de 30 mm de mi avión, la única arma con la que contábamos para hacerles frente, o sea que estabamos a más de 700 metros, igual comienzo a disparar con la idea que, como el fuego de los dos cañones ilumina toda la parte inferior del fuselaje, el británico me viera y no prosiguiera con su ataque al inadvertido Senn. 

Efectivamente me ve porque inmediatamente lo deja a Senn, invierte y pica hacia el suelo. Yo como mejor pude invertí mi avión hacia donde supuestamente pasaría el inglés, todo esto a unos 100 metros del suelo, y empiezo a disparar, sin mira ni dad, le apunté con el avión y tiré donde imaginaba que iba a pasar… y al parecer pasó por ahí. Yo casi me tragué el suelo por seguirlo pero el Harrier pasó por el ‘chorro’ de proyectiles. Pasamos tan bajo que en un momento pensé que el piloto británico se había estrellado. 

Logré salir de esa riesgosa situación, pero solo para encontrarlo a Senn, que venía cerrando como un enloquecido, así que tuve que volver a invertir o sino chocábamos los dos. Pero pasé, acomodé el avión y en ese momento me pegan un misilazo1 y tengo que eyectarme.» 

Pocos segundos más tarde los otros dos miembros de la escuadrilla -Senn y Piuma- fueron derribados por los Sea Harrier, pero todo pudieron eyectarse exitosamente y fueron más tarde recuperados por las fuerzas de tierra argentinas en la Gran Malvina2 y llevados a Port Howard. 

De acuerdo a la versión británica, Donadille y sus dos compañeros fueron derribados por dos Sea Harrier FRS.1 del No.801 Sqdn volados por Nigel D. «Sharkey» Ward y Steve R. Thomas. Según esta misma versión, el piloto al que le disparó Donadille fue Ward, que pudo esquivar la ráfaga de cañon. A continuación Nigel Ward derribó a Senn y Thomas hizo lo mismo con Donadille y Piuma con sus misiles AIM-9L. 

Esto no concuerda con lo observado por los argentinos: de acuerdo al radar de Puerto Argentino3 no menos de cinco Sea Harrier interceptaron a los tres Dagger de la escuadrilla4 «Ratón». Más aún, un puesto de observación en tierra cerca del lugar de la batalla había visto pasar a un Harrier desprendiendo humo negro a las 15:00 hs aproximadamente (la hora del combate aéreo). Un investigador argentino, Rubén Oscar Moro5, contactó fuentes británicas para conocer las pérdidas reales británicas en aviones y helicópteros. Estas fuentes le brindaron la información (según él sus datos son 100% confiables) pero a cambio le pidieron anonimato. En agosto de 1984 dichas fuentes le confirmaron que el Sea Harrier dañado por el Capitán Donadille era tripulado por el Lieutenant Commander Harry Trent, que tras alejarse unos 30 kms del lugar del combate aéreo, se vió obligado a eyectarse y fue rescatado por un helicóptero Sea King. 

Asesinos de Helicópteros 

 

Las otras dos victorias aire-aire argentinas ocurrieron el 28 de mayo de 1982, cuando varios aviones del tipo FMA6 IA-58 Pucará del Grupo 3 de Ataque fueron enviados a brindar apoyo a las tropas argentinas del RI 127 que estaban peleando contra el 2 Parachutist Battalion en el área de Darwin-Prado del Ganso8. Dos de estos aviones, tripulados por los Tenientes Miguel Ángel Giménez (líder, N 1) y C. R. «Chino» Cimbaro (punto, numeral, wingman, N 2) despegaron del aeropuerto de Puerto Argentino a las 10:30 hs y, tras un vuelo con mal clima bajo una espesa capa de nubes y con mala visibilidad, alcanzaron la zona de Camilla Creek a las 10:55 hs. Entonces divisaron a dos helicópteros británicos que se estaban dirigiendo hacia una zona de aterrizaje donde otros aparatos similares estaban descargando provisiones o evacuando heridos, cerca de Darwin. 

Teniente C. R. «Chino» Cimbaro: «Cuando llegamos sobre las líneas inglesas y próximos a Goose Green, divisamos dos helicópteros y de inmediato escuché que el ‘Sombra’ [el indicativo radial o callsign de Giménez — Nota del autor] me asignaba uno de los blancos. Rasantes como estábamos, lanzamos nuestros cohetes en salva. Los del guía dieron de lleno en el primer helicóptero, explotando el mismo en el aire. El segundo fue tocado por mis cohetes, desplomándose a tierra. Ví como algunos de los integrantes intentaban salir del aparato. 

La victoria de Miguel Ángel Giménez, quién volaba el IA-58 Pucará matrícula A-537, es la única confirmada por los británicos: su víctima fue el Scout S/N XT629/DR del 3 CBAS (3rd Command Brigade Air Squadron) del Army Air Corp británico, cuyo piloto el Lieutenant Nunn falleció pero el copiloto Sargeant Belcher pudo sobrevivir. El helicóptero abatido por el Teniente Cimbaro fue un Sea King, pero aunque el relato del «Chino» no deja lugar a dudas que este fue totalmente destruido, los británicos niegan haber sufrido pérdidas adicionales ese día, y por el contrario afirman que otro Scout fue atacado por un Pucará pero que no fue ni siquiera dañado. 

Despues de finalizar exitosamente su misión, ambos pilotos argentinos regresaron a Puerto Argentino por sendas de vuelo distintas con la intención de dificultar una intercepción por parte de cualquier posible CAP de Sea Harrier presente en el área. Desafortunadamente, el mal clima le jugó una mala pasada a Giménez, quien se estrelló accidentalmente contra la Blue Mountain durante el vuelo de retorno. Los restos de su avión y su cuerpo fueron descubiertos en 1986. Cimbaro, por el contrario, regresó sin problemas y rapidamente informó de las victorias obtenidas por él y Giménez. 

Diego Fernando Zampini 

Bibliografía: 
«La Guerra de las Malvinas», Fascículo N 40, Ediciones Fernández Reguera, Buenos Aires, diciembre 1986 
«Guerra Aérea en las Malvinas», Brigadier Benigno H. Andrada, Emecé Editores S. A., Buenos Aires, 1983 
«La Guerra Inaudita. Historia del Conflicto del Atlántico Sur», Rubén Oscar Moro, Editorial Pleamar, Buenos Aires, 1985. 
«Dios y los Halcones», Pablo Marcos Rafel Carballo, Editorial Abril S. A., Buenos Aires, 1983. 
«Falklands, the Air War», Rodney A. Burden — Michael I. Draper — Douglas E. Rough — Colin R. Smith & David A. Wilton, Arms and Armour Press, 1987.


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